Cómo evitar ser estafado por compradores chinos

En el anterior post nos referíamos las posibilidades de ser engañados por algunos vendedores chinos y veíamos que efectivamente hay un riesgo importante de ser víctima de una estafa si no tomamos las medidas adecuadas para proteger nuestros intereses. También veíamos las medidas a tomar para evitar fraudes, en este post veremos como también y aunque parezca más difícil, se puede ser víctima de falsos compradores o de compradores sin escrúpulos.

También aquí hay que empezar diciendo que la inmensa mayoría de los compradores son empresas o personas honestas que hacen los negocios de buena fe y que sólo nos referiremos a los que tratan de pescar en ese rio revuelto que supone el afán de exportar a China y hacerse un hueco en su mercado.

Los más sencillos de detectar son los falsos compradores, es decir gente que sin intención real de compra nos contacta, bien a través de nuestra web o de cualquier otro medio publicitario que tengamos o que incluso son contactados por nosotros en respuesta a sus requerimientos de compra en la red.

Suelen ser gente con bastante idea del negocio internacional por lo que en principio nos dan la sensación de gente seria: conocen la mecánica de negociación de una compra, discuten de forma ortodoxa las cantidades, calidades, precios, posición sistemas de pago etc. E incluso nos pueden llegar a pedir explicaciones técnicas, fotos, catálogos o muestras, es decir que parece que hemos entrado en una negociación normal de compra/venta con un posible cliente o distribuidor.

El problema surge a la hora de firmar el contrato, una vez negociados sus términos y condiciones, nuestros nuevos clientes nos dicen que en China hay que pasar los contratos por notario y que ese trámite es anterior a la firma y tiene un costo de un equis por ciento (habitualmente usan entre el 2 y el 5%) y que debe de ser pagado por el vendedor, pidiéndonos que le remitamos el importe correspondiente para encargarse ellos de los trámites y poder firmar el contrato, incluso en algunas ocasiones se muestran generosos y dicen que compartirán con nosotros el 50% de dicho costo, es decir que sólo nos estafarán el 50% de lo pedido inicialmente.

Para poder hacer mayor presión en el cándido aspirante a vendedor hay veces que le citan en China para la firma del contrato y cuando ya está está en el país es cuando le avisan del inesperado desembolso que tiene que hacer por adelantado, además y para rematar la jugada en ocasiones organizan un banquete a todo lujo, incluso con compañía femenina, que también comunican al vendedor que es por su cuenta, de manera que en el mejor de los casos habremos soportado los costos de un viaje a China y en el peor habremos pagado una buena juerga a nuestros timadores y perdido el porcentaje que ellos depositarían por nuestra cuenta en el notario.

Hay que tener mucho cuidado porque esta gente tiene experiencia en el trato con clientes extranjeros, pueden llegar a mostrarles oficinas e instalaciones que no son suyos, como propios y hacen unas buenas redacciones de contrato. Hay sin embargo algunos detalles que pueden ayudar a delatarlos:

  • No suelen poner muchos problemas en la negociación, ni en el precio ni en los términos y condiciones, para ellos lo importante es llegar a un acuerdo, ¡total no van a cumplirlo!
  • Si les vemos personalmente evitan dar tarjetas de visita, lo que en China es completamente anormal, ya que alguien si tarjeta es como si no existiera.
  • Acuden a las reuniones, sobre todo si son comidas o cenas que vamos a sufragar nosotros, en tropel, presentándose todo tipo de directores: general, comercial, internacional, de marketing, de producto, financiero etc., con la sana intención de disfrutar de un ágape gratuito.
  • Suelen querer mantener las reuniones en nuestro hotel y se resisten a mostrarnos sus oficinas, aunque, ojo, pueden hacerlo si insistimos mucho.
  • A la hora de firmar el contrato suelen poner nombres incompletos y muy comunes en China, tales como: Wang, Zhang, Li etc., aunque a veces los ponen solo en chino para despistarnos todavía más.

La única manera de prevenirnos contra este tipo de indeseables es utilizar el sentido común y pensar que entrar en el mercado chino no es sencillo sino laborioso, de manera que ante cualquier posibilidad de venta con excesivas facilidades hay que ponerse ojo avizor y pedir información bien a las oficinas comerciales o bien a empresas establecidas en China, como China Gestion, que nos ofrezcan garantías para que nos hagan una gestión de comprobación de los posibles compradores, en base a su experiencia y a la ventaja de estar “in situ”.

En un próximo post comentaremos los problemas que se pueden derivar de una venta real cuando el comprador quiere actuar de mala fe con el exportador extranjero.

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